Primero, preparamos la base de galleta. Para ello, trituramos las galletas digestivas en un procesador de alimentos hasta que queden finamente molidas. Derretimos la mantequilla sin sal en un cazo a fuego lento y añadimos las galletas molidas, mezclando bien hasta que toda la mantequilla esté bien integrada.
Colocamos la mezcla en un molde desmontable y la presionamos con el dorso de una cuchara o con las manos, de modo que quede bien compacta y uniforme en el fondo del molde. Metemos en la nevera para que se enfríe mientras preparamos el relleno.
En un bol grande, batimos el queso crema con el azúcar hasta que quede cremoso y homogéneo. Añadimos los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición.
Añadimos el extracto de vainilla y mezclamos bien. Agregamos los frutos rojos y mezclamos con una espátula con movimientos envolventes, intentando que los frutos queden repartidos de forma uniforme por todo el relleno.
Sacamos el molde de la nevera y vertemos la mezcla de queso y frutos rojos sobre la base de galleta, nivelándola con una espátula. Espolvoreamos las almendras laminadas por encima del relleno y presionamos ligeramente para que se adhieran a la superficie.
Colocamos el molde en el horno precalentado a 160 grados (con calor arriba y abajo) y horneamos durante unos 50-60 minutos, o hasta que el pastel esté cuajado y la superficie dorada.
Sacamos el pastel del horno y lo dejamos enfriar a temperatura ambiente antes de desmoldar y cortar en porciones. Podemos decorar con más frutos rojos frescos y unas hojas de menta si lo deseamos.
¡Disfrutad de este delicioso pastel de queso y frutos rojos con almendra tostada, una receta original y perfecta para sorprender en cualquier ocasión!